sábado, 22 de diciembre de 2007

El profesor que quiero ser

EL TIPO DE PROFESOR QUE QUIERO SER

Ser un profesional de la educación implica una ardua labor. Entregar a nuestros alumnos no solo conocimientos sino valores como el sentido de la responsabilidad, el respeto hacia los demás, la tolerancia, la empatía, apoyarlos en su crecimiento personal y educacional, reforzar sus habilidades y potencialidades, motivarlos e incentivarlos en su proceso de enseñanza aprendizaje, darles espacios para que ellos desarrollen su creatividad, participen, logren ser personas autónomas, lograr crear un clima de confianza en la sala de clases. Todos estos son factores que influyen altamente en el proceso de enseñanza aprendizaje de los alumnos y si un profesor no sabe aplicarlos los resultados que obtendrá no serán los mejores.

"Las características que debe poseer un profesor efectivo son el de dominar el contenido que va a enseñar a sus alumnos, debe ser cercano, tener entusiasmo al momento de enseñar su asignatura, debe ser acogedor, autentico, consecuente, realista, responsable, tener altas expectativas de sus alumnos, debe tener llegada al mundo de los alumnos, pero al mismo tiempo debe ser estricto y exigente con ellos, debe tener un buen sentido del humor, establecer un clima afectivo tanto dentro como fuera de la sala de clases, debe ser justo y crear en la sala de clases un clima de confianza con sus alumnos" ("La acción docente y su efectividad", Silvia Rittershaussen, Enrique Rodríguez)

En mi formación como docente aspiro a poseer estas características y llegar, porque no, a ser una profesora efectiva. Confío que mis profesores me entregaran las herramientas necesarias para que pueda desarrollar mis habilidades, descubrir mis fortalezas y debilidades y poder así entregar lo mejor de mi a mis futuros alumnos.

Me gustaría que mis alumnos me recordaran con cariño y que pensaran en mi como la profesora que no solo les ayudo a leer y escribir, sino como la profesora que se preocupo de motivarlos, ayudarlos y guiarlos en su crecimiento personal y educacional.

Sabemos que ser un profesional de la educación es una labor compleja, en donde muchas veces no contamos con la infraestructura ni con el material necesario para enseñar de manera eficaz, pero no por esto vamos a quedarnos de brazos cruzadas sino, por el contrario, debemos luchar por una mejor educación y que esta sea realmente de calidad, sin importar la condición económica de los niños. Es un trabajo en conjunto en donde todos debemos caminar hacia un mismo camino.

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